Aún recuerdo como si
fuera ayer tus orientaciones, tus palabras alentadoras frente a un panorama
desolador desde el punto de vista de otros, viste en mí cualidades y actitudes
aun no descubiertas por mí, me hiciste vencer el miedo y encontrar mi verdadera
vocación por medio de tus ejemplos.
Lamento que ahora
estés alejados de las aulas, pero yo sé que aunque tienes el cuerpo lleno de
cicatrices y es imposible retroceder el tiempo, pero tu corazón y amor por la
docencia siguen intactos como el primer día que te vi entrar al salón de
clases, y recuerdo con gran cariño la frase con la siempre hiciste referencia a
esa soñadora, pequeña en estatuara que vivía detrás de ese rostro de piel
negra, “no escojas una carrera por lucro, escógela por vocación y amor” no hay
nada mejor como disfrutar de lo que se hace, no hay nada más gratificante que
lograr despertar el interés por la educación a quienes ven puertas cerradas. No
te niego que he encontrado muchos tropiezos, pero me siento realmente orgullosa
de lo hecho hasta el momento, y ahora sé lo que se siente ser visto y recordado
no como el profesor que dictaba clases, calificaba cuadernos y buscaba rellenar
cabezas de fórmulas, sin importar las
afectaciones, deseos y sueños de sus estudiantes, “no me indicaste el camino,
me diste herramientas para que yo lo encontrará.
Te extraño y lamento
mucho verte alejados de tu gran pasión, espero que verme avanzar en este camino
sea gratificante para ti, la semilla que plantaste en mí ya está a punto de dar
frutos, y ese cartón que pronto espero recibir va dedicado a ti, a mi profesor
amigo, que se despojó de prejuicios, no fue en contra de la corriente porque sí,
me enseño a cuestionarme, a reflexionar, y a buscar cambios en la forma de ver,
sentir y vivir un aula de clases.
TE RECUERDA DE CORAZÓN
PAULA ANDREA BONILLA MATURANA
“Educar es un arte difícil y delicado integrado por un poco de ciencia, mucho de buen sentido y sobre todo mucho amor”
Gaston Courtois
Gaston Courtois
Qué hermoso
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